Los comedores escolares como potentes ambientes de enseñanza  en educación de ética y valores

 

El Gimnasio Internacional de Medellín en una apuesta ética y pedagógica, materializa el comedor escolar como una extensión del aula de clase, en el que se concibe la comida como un estructurante social, cultural, económico y político que atraviesa toda acción educativa. El comedor, no el restaurante, evoca un espacio íntimo y doméstico que es punto de encuentro para la comunidad, y tiene el propósito de ordenar la vida escolar.

Esto implica pensar en cada uno de los eslabones de la cadena agroalimentaria que acontece a los alimentos, por eso desde nuestro comedor en la línea del consumo responsable que el GIM ha adoptado como compromiso ético, buscamos alimentos que tengan el menor impacto ambiental, pero sobre todo la mayor influencia en la contribución de la economía local; productos cercanos y frescos con el menor embalaje posible. El comedor es un aula de ética y valores, y la comida se prepara por nuestras mujeres cocineras desde el afecto.

Todos los gimnasianos son partícipes del ritual, son ellos quienes disponen la mesa para la comensalía diaria. Cada mesa que comparten los colectivos, —conformada por un jefe, y entre 8 y 9 pupilos, por lo general de diferentes edades y grados escolares—, se convierte en un laboratorio de intensa camaradería y convivencia, que en la dinámica cotidiana implica para los gimnasianos regular y pulir sus impulsos dirigiéndolos ya no solamente hacia sus realizaciones personales, sino en pro de intereses comunes.